El andaluz que viajó a las estrellas #Caso Conil
De nuevo pude ver como la pandilla de la noche anterior, unos seis, entre chicos y chicas, estaban en la orilla, a unos 150 metros de mí esperando a ver las luces. No me podían ver al estar yo oculto por el montículo. Al seguir las nubes, no se veían las estrellas, aunque en la nubosidad se reflejaban las luces amarillentas de Conil dando al cielo un aspecto fantasmagórico. Si venían las luces de nuevo, estaba claro que no la iba a ver. Pero me equivoqué.
Sobre las once y media, según mi reloj, un resplandor extraño apareció en el cielo marino. Era
la luz de la noche de ayer, pero difuminada por las nubes. Se veía al principio, como un poco de
claridad, pero aumentaba por momentos en intensidad. De pronto y provocándome un sobresalto, la luz
atravesó las nubes y la vi muy cerca. Observé como la pandilla de chicos y chicas también sesobresaltaron y corrieron hacia atrás, en dirección contraria a las luces. Quedó quieta a unos cien metros de altura sobre el agua y disminuyó su brillo. Entonces pude ver (pudimos, porque los chicos también lo vieron)
que aquello era una nave espacial. Dios, un ovni, pensé. No puede ser posible.
De mi novela ‘El andaluz que viajó a las estrellas’ (Inspirada en el Caso Conil)
(c) Alfonso Saborido.