El gran milagro del Resucitado del Cartel de Sevilla es, por un lado, celebrar la Vida. Jesús estuvo muerto solo tres días. El resto vivo, aunque en Andalucía nos acostumbraron a verlo clavado y muerto en una Cruz. Callado. Así convenía. Para nada querían al Jesús vivo que habla en el Evangelio y pone a cada cuál en su sitio.
Y por otro, está sacando del armario a todos los homófobos del mundo, lo cual es una ventaja: el saber quienes son para apartarlos de nuestra vida y protegernos.