No sé por qué y supongo que le pasará a muchas personas que escriben, nuestros lectores y lectoras piensan que nosotros somos los protagonistas de nuestras novelas, sobre todo, cuando nos conocen en persona o saben bastante de nosotros.
No. No es así. En ninguna de mis tres novelas, los protagonistas soy yo. Es verdad, que en todos hay parte de mí. Pero también hay parte de otras personas y también hay partes inventadas, porque los escritores de novela, sobre todo, inventamos. De eso se trata. De crear historias en nuestra cabeza y escribirlas. Contar la realidad ya es otro género. En mis novelas, hay mucho de realidad, pero también hay mucho de ficción. No aconsejo a nadie que se coma el coco pensando en si esto pasó o no pasó. O si este personaje existe o no existe. Ya te digo, que no existen como tales.
De todas formas, si tienes curiosidad por saber si tal escena o tal cuestión es inventada o inspirada en la realidad, me escribes en privado y te lo explico. Pero quiero dejarlo claro. Jamás he estado liado con un cura. Dios me libre, lo que me hubiera faltado. Solo conozco el tema.
Alberto deja el servicio militar, narrado en la novela ‘Aquella mili’, y vuelve a la vida civil, adentrándose en distintas organizaciones de la Iglesia Católica. De nuevo, tiene que volver a salir del armario en unas circunstancias más difíciles aún que en la vida militar. Pero con lo que no contaba Alberto era con enamorarse de un sacerdote y ser correspondido…
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